Raikol y las flores de la esperanza
En el Día Mundial del Síndrome de Down compartimos el testimonio de este joven cuya vida ha cambiado gracias a la labor del programa Aprendiendo a crecer de Cáritas Matanzas.
Por Lianet Fundora Armas
Fotos: Maricela Cárdenas Gowen, responsable de Cáritas en Parroquia San Francisco

Desde que Raikol Valdés García se adentra en la Parroquia San Francisco Javier, del poblado de Máximo Gómez, hace la señal de la cruz y una genuflexión. Es un joven carismático cuya vida se abrió a la espiritualidad de la iglesia católica el año pasado, cuando comenzó a vincularse al Programa Aprendiendo a crecer.
Las últimas fotos que le tomó Maricela Cárdenas Gowen, responsable de Cáritas en dicha comunidad, han sido conmovedoras. Puede vérsele con una rosa en las manos, acercándose feliz a la imagen de la Virgen de la Caridad, como un hijo que retribuye a su madre las maravillas descubiertas bajo su amparo.


Raikol tiene 36 años y su madre Nora Amelia García Camejo jamás se aparta de su lado, aunque sus canas delaten la huella inexorable de más de siete décadas. El rostro se le ilumina cuando contempla la felicidad del hijo y lo ve adentrarse en un ambiente libre de las sombras de la exclusión.
Los encuentros en la parroquia tienen una frecuencia quincenal. Ese día Raikol despierta antes de que el sol deje entrever sus primeros rayos sobre los tejados de su pueblito natal. Con cuidado escoge la ropa y está pendiente al reloj para ser el primero en llegar.
No todas las familias responden por igual al llamado. Cuenta Maricela que a veces solo el joven y su madre asisten, y para ellos vale la pena abrir este espacio de acogida.
“Él merece que trabajemos a su lado. Yelaine Reyes González, colaboradora del programa y yo, hemos sido testigo de sus logros. El aprecio que siente por nosotros, más que con palabras lo demuestra a través de signos de alegría. Hoy sobresale por su laboriosidad. Vivo cerca de la iglesia y se ofrece siempre para ayudarme a trasladar todo cuanto necesitamos.
“Me sorprende en la realización de actividades por la destreza con la cual emplea ambas manos para colorear”.

Nora Amelia, su esposo y Raikol recibieron el sacramento del bautismo. Cada 15 días esta vecina del poblado de Máximo Gómez desanda las calles de la mano de su hijo para verlo reír y bailar, que es sin dudas uno de sus momentos preferidos.
Durante el último encuentro de febrero disfrutaron de la naturaleza. Recorrieron el jardín parroquial y este joven regaló flores no solo a mamá, sino también a todas las mujeres presentes porque en marzo celebrarían su día. Luego frente a la imagen de María de la Caridad elevaron plegarias.
Justo en ese momento, Maricela le tomó una foto donde se observa a Raikol colocando una rosa a los pies de la Virgen. Bajo el amparo de la madre de Dios y madre nuestra están sus pasos, su condición marcada por un trastorno genético que en nada disminuye la hermosura y el valor de su vida.
Raikol está “Aprendiendo a crecer” de la mano de Cáritas y solo ansía que llegue la próxima madrugada para escoger su ropa, y acudir a un encuentro donde las diferencias se disipan para que solo reine la esperanza.
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