Por un envejecimiento sano y en armonía con otras generaciones

Por: Equipo Diocesano de Comunicación
Lograr un envejecimiento sano, productivo y en armonía con otras generaciones constituye un desafío para los adultos mayores, sus familias y el ámbito social, motivación principal del encuentro en la Casa de Abuelos “Santa Ana y San Joaquín”, la cual reinició sus actividades a propósito de conmemorarse, el próximo primero de octubre, el Día Internacional de las Personas de Edad.
Ante la elevada tasa de ancianos en la pirámide demográfica de Cuba y otros países, el fenómeno de la soledad que enfrentan debido a la migración creciente de los jóvenes, entre otros factores, es preciso implementar políticas, programas y acciones a favor de la calidad de vida de ese segmento poblacional.

En este encuentro del Programa de Personas Mayores (PPM) en la Diócesis, las reflexiones bebieron de la sabiduría del Papa Francisco, quien en varias homilías invita a establecer vínculos afectivos, de respeto, paciencia, transmisión de experiencias entre los ancianos y las otras generaciones “más allá de ideologías, prejuicios, optimismos estériles o pesimismos nocivos”.
Se insistió además que en ese camino las personas mayores deben aceptar su realidad y no incurrir en el edadismo, discriminación social que afecta la visión positiva hacia la vejez, para así transformar la percepción negativa de los demás en torno a esta etapa de la vida, la cual puede ser muy plena si se convive desde la ternura, la conciliación de conceptos, además del respeto y alianza intergeneracional.
Durante el espacio los beneficiarios redactaron mensajes relacionados con sus alegrías de vida y sueños de crecimiento e inclusión social, escritos que se compartirán en otro encuentro intergeneracional, a celebrarse este sábado en la comunidad de Casimba.

“Los ancianos y jóvenes deben crecer juntos para construir una sociedad fraterna”, expresó el Pontífice en su llamado ante un contexto de guerras, carencias materiales, el descarte social y otros males que laceran a todos los grupos poblacionales, y fundamentalmente, a los adultos mayores.
El Día Internacional de las Personas de Edad fue instituido por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1990 para potenciar en el mundo la protección de sus Derechos Humanos, además de compartir modelos a favor del desarrollo de una sociedad global para todas las edades.
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