Mi testimonio de trabajo con Cáritas.
Por: Norma Adelaida Pérez Reyna
Foto: Cortesía de la Diócesis y archivo de Cáritas Cuba
Matanzas, agosto de 2022— Mi nombre es Norma Adelaida Pérez Reyna, de la Diócesis de Matanzas. Actualmente soy voluntaria de Cáritas y pertenezco al grupo de animación sociocultural Alegría de Vivir, de la Parroquia La Milagrosa en la ciudad cabecera. También recientemente he pasado a ser miembro del Consejo de Adultos Mayores del Programa de Personas Mayores en esta Diócesis.
Hoy quiero dar testimonio de mi admiración y respeto a Cáritas Cuba por haberse mantenido por más de 30 años en nuestro país al lado de los más necesitados y contar cómo fue mi encuentro y participación como voluntaria.
Definiría Cáritas Cuba en pocas palabras: Preocupación, Ocupación, Ayuda desinteresada, Asistencia, Compromiso, Amor, Alegría.
Cuando llegué a mi actual parroquia, fui invitada a participar en el grupo de animación de Personas Mayores. Me gustó la acogida y, de hecho, me sentí como si siempre hubiera participado, pues el ambiente fue alegre y familiar. También pude apreciar lo interesante que son los temas compartidos allí y, de pronto, me di cuenta de que era el espacio que necesitaba. Me sentí motivada a visitar personas que por la edad o enfermedad ya no podían asistir a los encuentros y así me fui involucrando en el voluntariado.
Puedo decir que la actividad de Cáritas se realiza mediante programas de distinto tipos, como son: Aprendiendo a crecer (donde se acompaña a personas con discapacidades como Síndrome de Down), Programa de Personas Mayores, el Programa de ayuda a víctimas de desastres naturales… en esta institución se apoya la creación de talleres de emprendimiento como son los de Costura, Manualidades, Tejidos; y se han creado comedores para desayuno y almuerzos de personas mayores y solas.
Una de las mayores riquezas que veo en Cáritas es la Formación, pues todo se hace muy organizado y con personas capacitadas en los distintos temas, que te preparan para salir en ayuda de los demás. He participado en diversos talleres de formación como Dignidad y Derechos, Emprendimiento, Acompañamiento, Cuidados a Personas Mayores, Duelo, etc.
Durante estos años amenazados por la pandemia, Cáritas no ha parado de servir al prójimo y de acompañar, de acuerdo a nuestras posibilidades, ya que los voluntarios somos mayores en muchos casos, pero cuidándonos y confiados en el Señor hemos salido adelante.
En Matanzas se ha confeccionado un Boletín, “Camino al andar”, con recomendaciones, oraciones y entretenimientos, y se les ha llevado hasta las casas de las personas mayores, tanto en la ciudad como en el interior de la provincia, donde también hemos hecho visitas de acompañamiento, puerta a puerta. De esas visitas hemos salido admirados por el cariño de la acogida, y por la alegría y fortaleza de fe de los beneficiarios. La mayoría de las personas nos recibe con sonrisas, les gusta hacer cuentos y algunos cantan y bailan. Hay otros que por su condición de soledad o enfermedad están un poco deprimidos, pero con la visita se sienten acompañados.
Otra de las alternativas de acompañamiento ha sido el Taller de Manualidades a Distancia, en el que hemos estado aprendiendo, conociendo personas nuevas, y sobre todo ocupadas; pero a los mismos tiempos aislados por temor a la pandemia. Hemos participado en concursos de fotografía, entre otros.
En fin, creo que hay mucho por hacer, pero lo realizado hasta la fecha ha sido fructífero y estamos motivados a continuar junto a Cáritas Cuba, como voluntarios por el bien a los más necesitados. Gracias Cáritas.
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