Lo que usted no vio
Sheylah Gallardo Milián
Matanzas, mayo de 2022— A esta parte de la historia se le titularía lo que usted no vio. Teniendo el placer de haber compartido en la mañana todo el proceso de elaboración de alimentos del servicio de la comunidad de San Cipriano, en Limonar; y después de que un grupo de beneficiarios pasara, recibiera la bendición y recogiera su ración; comenzó la segunda parte del día.
Ángela Rendón también es adulta mayor y es la encargada de llevar las cantinas a 8 personas con necesidades diferentes, a quienes les es imposible acudir a la casa donde las hermanas del Divino Amor ofrecen dos veces por semana este servicio de alimentos, con apoyo de Cáritas.
El sol fuerte del mediodía, los jóvenes saliendo de la escuela, las calles con huecos convertidos en charcos por la lluvia del día anterior… a todo responde Ángela (o Mamita, como cariñosamente le llaman) con su mejor sonrisa.
La Casa de Minerva, que ya ha quedado sola; Alba y su esposo, ella con deterioro cognitivo y él, que asume chapeo de patios para ayudar a la economía del hogar; son los primeros destinatarios del servicio peregrino.
Pasamos a casa de Alexis y después a saludar a Arnulfa, ambos también muy solos. Casi al final del recorrido está Pupi, quien rápidamente se incorpora al escuchar la voz de Mamita sirviendo su almuerzo. Pupi es discapacitado, adulto mayor, su hermana padece demencia y su compañía más cercana es su sobrino.
Para cerrar el camino, la casa de Luis, a la orilla de un inmenso lagunato hecho por el tiempo y las lluvias. Luis es ciego, pero nos informa de la explosión de cierto hotel en La Habana, dejando destrucción a su alrededor.
De regreso, mi cabeza se llena de preguntas sin respuestas. Mamita no se cansa, para ella es un placer servir y lo hace desde el corazón. La bendición del amor es toda ella: humilde a favor de los más desfavorecidos.
Todavía le falta entregar otra cantina y regresar a ver si ya Pupi comió, para recoger los envases vacíos.
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