Las alegrías de Lorena: una joven animadora de Cáritas Guantánamo-Baracoa

Por: Equipo de comunicación Cáritas Guantánamo-Baracoa
A sus 16 años Lorena forma parte del grupo de animadores del Programa Aprendiendo a Crecer de Cáritas, en la ciudad de Baracoa. Resalta su interés en ofrecer alegría a los niños del grupo Amor y esperanza, donde comenzó en septiembre del año pasado.,
Resulta admirable escucharla hablar con pasión de cómo se prepara para llevar a los beneficiarios manualidades diversas que no solo disfrutan realizar, sino que también los ayuda con la motricidad, la concentración, aumenta la autoestima y la confianza en ellos mismos, abriendo un mundo nuevo de habilidades y saberes.

Lorena comenta: ´´me concentro en el tema que vamos a tratar y busco ideas además de los materiales que tenemos a disposición para trabajar. Lo realizo primero en mi casa para ver su grado de dificultad y si puedo llevarlo al grupo o es necesario cambiarlo por uno más sencillo´´.
Cuando habla sobre sus motivaciones para estar en el grupo y dedicarle tiempo y deseos a lo que hace su mirada resplandece y añade ´´ convivir con ellos, verlos hacer las cosas a su forma, como pueden, el esfuerzo que ponen en lo que hacen y su sonrisa por algo que para mí es simple me motiva a seguir. Mi familia está contenta también con lo que hago y me apoya, sobre todo mi abuelo, que es un voluntario de Cáritas hace mucho tiempo.´´

Al platicar de los retos que impone lo que hace, manifiesta la importancia de un trato cercano, de la ayuda según sus condiciones y capacidades, del respetar sus anhelos de independencia.
Expresa también su sentir como animadora pues precisa seguir creciendo y preparándose para hacerlo cada vez mejor, por eso redobla esfuerzos y aumenta su dosis de amor y creatividad en cada encuentro.
Ella conoce de cerca el reto que conlleva acompañar el crecimiento de una persona con alguna discapacidad en casa y lo que eso entraña para toda la familia, de ahí su compromiso de continuar en el programa por el valor que tiene este para los beneficiarios y sus familias. Cuando habla sobre ello sus ojos se humedecen y la voz se entrecorta: tengo un hermano con discapacidad intelectual y cuando hacemos dibujos u otras manualidades, veo que esto lo fortalece , lo anima, se siente acompañado , se divierte y es feliz´´.
Planea desde ya un sinfín de manualidades y juegos con nuevos materiales entregados para el quehacer del grupo. Sueña con darlo todo para llevar alegría a los niños y que sus sonrisas y logros sigan motivando a más jóvenes que, como ella, apuesten por brindar un poco de luz a quienes más lo necesitan.
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