Autocuidado en las personas mayores, clave esencial para el PPM

Por: Equipo de Comunicación Diocesano
Promover buenas prácticas que conduzcan al fomento de estilos saludables en cada persona es una invitación valiosa para todos los individuos, a favor de mayor calidad y esperanza de vida.
Por eso se celebra el Día Internacional del Autocuidado el 24 de julio, conmemoración que acoge el Programa de Personas Mayores (PPM), de Cáritas, para incentivar acciones individuales orientadas a mejorar la salud física, mental y emocional de los ancianos.
Estos conocimientos revisten mayor importancia para los adultos en el proceso de la vejez, cuando es preciso reforzar los buenos hábitos y transformar otros que conllevan a la aparición o empeoramiento de enfermedades crónicas, al deterioro cognitivo, psicomotor, la pérdida de diversas facultades en general.
De esos saberes conoce Yuraisy García Montaner, formadora del PPM en la Diócesis Guantánamo Baracoa, quien durante 3 lustros dedica especial atención al cuidado y autocuidado de quienes superan los 60 años de edad.

Yuraisi(Y): “Con relación a estos esenciales temas hemos hablado acerca de la importancia de una alimentación balanceada, empleo adecuado del tiempo libre, higiene personal, beneficios del ejercicio físico, entre otras cuestiones vinculadas con el cuidado a sí mismas que deben asumir estas personas.
También enseñamos en cuanto a la autoestima y la autovaloración en el adulto mayor, a reconocer los logros, desaciertos, habilidades y límites, lo que los ayuda a afrontar las adversidades en mejores condiciones. También les damos pautas en pos de manejar las emociones y evitar la irritación, ansiedad, depresión, para así fortalecer la capacidad de recuperación ante las enfermedades y los estados de ánimo negativos. Se trata de cultivar en ellos las actitudes positivas y a descubrir en las dificultades, las posibles oportunidades de crecimiento como seres humanos.
Además, fomentamos las relaciones sociales y las actividades de esparcimiento en la etapa de la vejez, mediante la Casa de abuelos, los grupos de animación sociocultural, los de artesanía, corte y costura en las parroquias, a favor del bienestar mental y emocional”.
Comunicadora (C): Intervienen especialistas para ofrecer los temas relacionados con el autocuidado?
Y: “Sí, a lo largo de las 3 décadas del programa contamos con la colaboración de profesionales de alto rigor que contribuyen a desarrollar algunos de los temas citados y lograr mayor comprensión por parte de nuestros beneficiarios.
También han impartido otros como la atención de un enfermo con diabetes mellitus, la cual cobra mayor significación ante el aumento de la tasa de incidencia de esta enfermedad en el ámbito mundial y específicamente en nuestro país. De ahí la necesidad de aprender las nociones básicas para prevenir las complicaciones y mantener compensada esta afección crónica.
Además, algunos especialistas han enseñado en cuanto a los cuidados para el cuidador porque, es válido recalcar que en la mayoría de los casos, son adultos mayores los encargados de velar por la salud de otros ancianos y esas personas también requieren de atención”.
(C): También mediante el programa se impartió un curso a cuidadores. ¿Cómo lo valora?
(Y): “Fue muy positivo porque brindó herramientas a esas personas para tratar de manera adecuada a pacientes que ya están postrados, con disímiles enfermedades, e incluso, pérdida de las facultades mentales”.
(C): A su juicio, son valiosas esas formaciones?
(Y): Considero que son muy beneficiosas y fructíferas porque muchas veces quienes traspasan el umbral de los 60 años de edad no reconocen la importancia de ofrecerse a sí mismos los cuidados que necesitan y merecen. Por eso nosotros, como formadores y animadores del Programa de Personas Mayores, les hablamos mucho acerca de la autoestima y autovaloración, los concientizamos en que deben amarse a sí mismos tanto como a su familia. Para ello les demostramos que es primordial cuidarse para lograr un buen envejecer y seguir junto a los seres queridos el mayor tiempo posible.

A partir de esos saberes, ellos mismos solicitan estos temas para aprender a cuidarse más y se interesan mucho por las actividades y prácticas que deben realizar para preservar su salud física y emocional.
De esta forma es posible percibir en la etapa de la vejez no sólo las pérdidas de las capacidades corporales y mentales, sino también las bondades de las experiencias vividas”.
(C): ¿Se imbrica la familia en estas acciones formativas?
(Y): “Aunque en algunos casos sí podemos afirmar que existe interés por parte de hijos, nietos, sobrinos, de conocer en cuanto a estos temas, pienso que la familia aun no se implica lo suficiente.
Es cierto que, ante las múltiples tareas y responsabilidades para los miembros de cada hogar en la actualidad, no disponen de mucho tiempo para participar en estos encuentros ni profundizar en cuanto a los temas del cuidado a los ancianos. Esto no quiere decir que no se ocupen de atenderlos pero sí se requiere de mayor colaboración de los familiares en el aprendizaje y aplicación de prácticas adecuadas dirigidas a elevar la calidad de vida de los adultos mayores”.
(C): Como parte del equipo del PPM, no solo aportas conocimientos y acompañas a los adultos mayores a asumir la etapa del envejecimiento con mayor optimismo y bienestar, sino también bebes de la sapiencia de estas personas en cada encuentro.
(Y): “Para mí ser formadora diocesana de este programa de Caritas constituye una experiencia única y maravillosa. He aprendido mucho, como nunca imaginé. Me encanta compartir con nuestros beneficiarios, me nutro de sus experiencias y siento que podemos retroalimentarnos continuamente”.Así, entre espacios para la formación, esparcimiento, socialización, el Programa de Personas Mayores en la Diócesis Guantánamo Baracoa invita a sus beneficiarios a ganar en autocuidado para apostar por más años de salud y armonía.