Una obrera para Jesús.
Ante las afectaciones por la Covid-19 en Cuba, Cáritas ha decidido continuar el acompañamiento a los sectores más vulnerables y para ello destina sus esfuerzos a proveer de alimentos y otros productos a personas mayores en estado de riesgo, así como a niños con necesidades especiales.
Joaquina Suárez González, voluntaria de Cáritas Habana, comentó que “se mantienen ofreciendo servicios de alimentación, aseo y lavandería a los ancianos que asisten a la Casa Cáritas en el municipio Guanabacoa”.
“Esta casa es un Centro multifuncional donde se acogen beneficiarios de distintos programas, además del Programa de Personas Mayores, funciona Grupo de Desarrollo Humano (GDH) con refuerzo escolar a niños y Aprendiendo a Crecer, acompañando a niños y adolescentes con discapacidades y a sus familias”, mencionó Suárez González.
“Allí mis días pueden parecer todos iguales, pero cada uno tiene un regalo de Dios, una alegría de los niños, de sus padres y de los ancianos un agradecimiento, gesto que confirma para continuar, por todo eso doy gracias cada noche”, aclara Suárez González
Los ancianos de la Casa Cáritas ven en Joaquina y su mamá de 82 años una razón para levantarse y recibir su desayuno, ellas los reciben con manos abiertas y los corazones dispuestos para servir y acompañarlos.
“También coordino el Proyecto Haciendo Caminos de GDH, donde velo por cada detalle, meriendas, reuniones con los padres y profesores, para que cada encuentro con los niños sea un rato de aprendizaje, crecimiento y alegría. Ayudar a que los niños encuentren esperanza”, agregó Suárez González.
“En medio de la epidemia un total de 30 personas mayores agradecen la obra, de ellos 10 encamados a los que se visita para animar sus vidas y compartir desde el hogar aquellos hermosos recuerdos que traen sonrisas, comentó Suárez González.
“Recordar que habitualmente comenzamos a las 6:30 am, con un desayuno cargado de amor, que permite reconocer las necesidades de los involucrados, pero debido a la condiciones sanitarias hemos realizado ciertos ajustes”, aclaró Suárez González.
“Pero, a mediados de marzo comenzamos a llevar artículos de aseo y productos de agro a todos los ancianos, que por las difíciles circunstancias debían quedarse en casa y en medio de ello encontramos la solidaridad espiritual y material de la comunidad”, dijo Suárez González.
Y a decir de Suárez González sobre las vivencias tras el paso del tornado en 2019 por La Habana: “Las horas de recorrido por las calles de Regla y Guanabacoa para entregar la ayuda humanitaria de Cáritas eran duras, por la escasez y la fatiga de tanto daño, pero sólo Dios me sostuvo.
Así, observamos como la misión en el servicio social revaloriza a la persona humana tras ser contagiada por la caridad que inspira, y es guía para nuestra fe hacia un encuentro con Jesús en la construcción del reino a través de las obras en nuestro entorno.
Vive Joaquina Suárez González para amanecer temprano y trabajar desde el evangelio en el día a día, conocer de cerca la pobreza que acompaña el ritmo de este mundo, cuando “en verdad la mies es mucha, más los obreros pocos” (Mt. 9. 37).
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