Edith y el regalo de volver

Edith y el regalo de volver 2

Texto y fotos: Roberto Alfonso Lara

Mirar atrás o retornar a los inicios es, generalmente, una actitud contraria al éxito. Los cánones sociales nos advierten que en la vida hay que seguir hacia adelante, pasar página; nada de volver. Sin embargo, cuando a Edith Martínez González le propusieron regresar al sitio donde comenzó a dar sus primeros pasos en Cáritas Cienfuegos, fue como si el cielo se abriera para ella.

Tras más de quince años de labor dentro de esta institución, vinculada a la Iglesia Católica, en diciembre de 2022 decidió jubilarse. “Fue entonces que el Padre de la parroquia de Patrocinio, sita en la Perla del Sur, habló conmigo para asumir las riendas del taller que yo misma había fundado, donde se atienden a personas con discapacidades físicas e intelectuales. Volví expresó porque amo el trabajo; miento si digo otra cosa: aquí soy feliz.

Edith creó el taller Los chicos de Patrocinio en 2006 y sostiene que aún hoy permanecen algunos de sus primeros beneficiarios. Perteneciente al Programa Aprendiendo a crecer, este grupo mantuvo los encuentros presenciales hasta el momento en que irrumpió la pandemia del coronavirus, lo cual obligó a sus animadores a buscar otras vías para asistirlos.

Siempre que fue posible nunca dejaron de visitarlos, ni de preocuparse por la salud de ellos, a pesar de que, por cuestiones personales, la anterior animadora debió retirarse, comentó.

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Crear habilidades e independencia en los miembros del taller constituye el propósito de las sesiones de trabajo que los reúne cada semana en el patio interior de la citada parroquia, donde también se presta interés a las dinámicas familiares.

Aquí realizamos ejercicios grupales para estimular el pensamiento, tales como cantar, recitar y pintar. Además, desarrollamos las destrezas físicas, en ocasiones de manera grupal, y otras veces, personalizada, pues las discapacidades difieren en los beneficiarios. Unos tienen problemas con el control muscular, mientras el resto dibuja sin contratiempos.

Realmente afirmó Edith, exige mucha perseverancia, en aras de lograr integrarlos de forma activa a la sociedad, que participen y aporten, en lugar de ser o sentirse excluidos. Solo por tal razón me satisface cuanto hago y agradezco a Dios por ello.

Para esta mujer, los días que ahora consagra a Los chicos de Patrocinio representan un viaje al pasado, al punto exacto donde comenzó su quehacer en Cáritas Cienfuegos; regalo que retribuye con amor y dedicación.

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Roberto Alfonso Lara
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