Por: Equipo de comunicación Cáritas Habana

Comunicado Habana

Queridos hermanos, colaboradores y amigos en la caridad:

Todos estamos al tanto de los eventos naturales que ocurrieron en el país en días pasados. Nos consterna en especial los referidos al paso de los huracanes Oscar y Rafael, con impacto el primero en la zona oriental de Cuba, y el segundo en la occidental.

Luego de los estragos ocasionados por Oscar, la lamentable pérdida de ocho vidas humanas, los daños materiales y secuelas emocionales que dejó en los hogares de miles de guantanameros… Cáritas -y con ella la Iglesia- estuvo entre las primeras organizaciones en llevar ayuda y amparo a las familias damnificadas. Inmediatamente las diócesis de todo el país reunieron donativos, acompañaron envíos de ayuda y secundaron la recaudación de fondos a través de sus redes sociales y canales propios.

Nuestra oficina de la arquidiócesis de La Habana, además de contribuir con recursos que puso a disposición de Cáritas Cuba para su traslado a Guantánamo, abrió sus puertas para que cualquier persona o comunidad solidaria ante el sufrimiento y deseosa de vivir la actitud del Buen Samaritano, tuviera un espacio confiable donde depositar los alimentos, ropas y artículos indispensables; con la certeza de que sus donativos llegarían a manos de sus destinatarios: aquellos que habían quedado más vulnerables ante el siniestro.

Desde finales de octubre hemos recibido gestos concretos de amor, desprendimiento y cercanía en la oficina. Los cuales, como hemos prometido, serán acompañados hasta finales del presente mes.

Por este medio comunicamos que el próximo 30 de noviembre estaremos dando fin a la recepción de donativos hacia Guantánamo. Lo que responde a la organización de la caridad que como gran familia, la familia Cáritas, se ha consensuado con los representantes de cada oficina diocesana del país.

Reconociendo que el reciente huracán Rafael también ha dejado daños significativos en las provincias de Pinar del Río, Mayabeque, Artemisa y La Habana, de inmediato nos inmiscuimos en el acompañamiento y envío de recursos. Pero queremos ser más efectivos en la ayuda. Por eso apostamos por una segmentación de las regiones, que nos permita mantenernos cercanos a los damnificados, distribuir con mayor agilidad y sostener en la esperanza a quienes van quedando a lo largo del camino. Recordemos que en el caso de la región occidental, antes del paso de Rafael, se había vivido el huracán Helene. De menor impacto, en regiones más localizadas, pero igualmente con secuelas.

En lo adelante, secundamos a los hermanos de Cáritas Cuba en la estrategia creada para poder incidir en ambos puntos geográficos:

Desde Sancti Spíritus hasta Pinar del Río, las oficinas de Cáritas estarán acompañando y recaudando para la región occidental. En concreto para los damnificados en la diócesis de Pinar del Río y la arquidiócesis de La Habana.

Mientras, desde la diócesis de Ciego de Ávila hasta Santiago de Cuba, lo recogido será destinado a la diócesis de Guantánamo-Baracoa, en apoyo a las familias afectadas por el huracán Oscar.

Esperamos seguir contando con la caridad y cercanía que nos han manifestado en este tiempo. Asimismo, extendemos la gratitud a los voluntarios, por el testimonio dado en estos eventos. Dios mire con amor las vidas de quienes han encarado el sufrimiento de sus semejantes y no han perdido tiempo en socorrerles.

«Abre tu mano al pobre, al hermano necesitado que vive en tu tierra» (Dt 15,11)

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