Colecta diocesana, la oportunidad de servir con amor.
Texto y foto: Equipo de comunicación Cáritas Habana
Cáritas Habana, en coordinación con otras pastorales y carismas de la Iglesia, decidió realizar su tradicional colecta para casos de emergencia una vez se conoció de los daños ocasionados por el huracán Ian.
La Habana, 21 de noviembre del 2022 – En cuanto se conoció de los daños ocasionados por el huracán Ian en la provincia de Pinar del Río, así como en las zonas del sur de Artemisa, Mayabeque y la Isla de la Juventud, Cáritas Habana, en coordinación con otras pastorales y carismas de la Iglesia, decidió realizar su tradicional colecta para casos de emergencia. Para eso recibió el apoyo inmediato de la Familia Pasionista en Cuba, quien tenía la experiencia de haber colaborado activamente con la institución tras el paso del tornado que afectó a la capital en 2019. Hoy muchos de los artículos donados por las parroquias habaneras se encuentran ya con los beneficiarios; por eso Cáritas agradece la generosidad y disposición conque la Familia Pasionista abrazó la iniciativa.
Los laicos, las hermanas, los religiosos y novicios seguidores de San Pablo de la Cruz, donaron su espacio, pero también su servicio diario para la Colecta diocesana. Trabajaron organizada e ininterrumpidamente desde comienzos de octubre en la clasificación de ropas, calzado, recursos de aseo, útiles del hogar, alimentos y dinero. En su casa, la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y San Pablo de la Cruz, conocida como “Los Pasionistas”, recibieron los donativos provenientes de comunidades como El Cotorro, Bejucal, El Rincón, Los Pinos, San Juan de Letrán…de la urbe citadina, pero también de los propios Artemisa y Mayabeque.
Así nos narran sus experiencias:
La gente aporta. Cada cual da lo que puede, pues ciertamente la situación es distinta. Fuimos convocadas por el padre Evelio, que tenía la experiencia del tornado de 2019, y ya sabía que podía recurrir a nosotras para organizar el trabajo. / Rosa María Iglesias. Laica de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Pablo de la Cruz
Estamos aquí para vivir la solidaridad cristiana, en especial con nuestros hermanos de Pinar del Río. Cuando ayudamos se siente muy bien el alma. Nos pusimos en disposición desde que se dio el anuncio en la misa. Venimos a servir con amor. / Georgina García y Ezequiel Concepción (Yoyi) . Madre e hijo. Laicos de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Pablo de la Cruz
Nuestros hermanos de Pinar del Río están necesitados. Y no hay mejor modo de hacerlo que siguiendo las palabras del Papa Francisco: » Quien no vive para servir, no sirve para vivir». Nos traen las cosas y las distribuimos por edades: niños, jóvenes y adultos en el caso de las ropas. Sabemos que la gente que los recibe está muy agradecida, y eso nos anima. / Iluminada Laera. Laica que trabaja con las Hermanas Pasionistas en la Loma del Chaple.
Llevo poco más de ocho meses en Cuba. Viví con nuestra comunidad de hermanas el paso del huracán Ian por Pinar del Río; desde la preparación para su paso por Cuba hasta las horas que se detuvo en tierra y causó las mayores pérdidas. Luego de la salida del ciclón de Cuba nos incorporamos a la limpieza y levantamiento de los daños. Gracias a Dios nuestra casa sufrió menos, pero la gente, algunos vecinos, vivieron derrumbes parciales y totales. Nos encargamos de visitar a las familias y pudimos presenciar la solidaridad de la gente. Las hermanas organizaron equipos que luego podían entregar las donaciones de Cáritas, de la Iglesia, a los más necesitados.
Los pinareños dicen que esta ayuda es una gran bendición, principalmente artículos como la ropa de niños. Lo agradecen mucho, porque sienten que esto está dando una nueva vida para las familias. / Hmna Iracema Ferranti (Brasil). De las Hermanas Pasionistas de la Loma del Chaple
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