“Cáritas es lo mejor que nos ha pasado»
Por: Equipo de comunicación, Cáritas Habana

Gisel García Soto y su hijo Rafael Estévez García son beneficiarios de Aprendiendo a crecer, uno de los programas que acompaña Cáritas Habana desde hace más de 30 años. Este va dirigido al acompañamiento, promoción y desarrollo de personas en situación de discapacidad entre las que se cuentan aquellas que presentan Trastornos del Espectro Autista.
Rafa, como cariñosamente le dicen, hace mucho tiempo se beneficia de este programa y junto a él, su mamá, quien lo acompaña a todas partes y se involucra cuidadosamente en sus actividades. Sobre Aprendiendo a crecer y los beneficios que le ha aportado a sus vidas, Gisel ha querido contarnos con palabras llenas de emoción y alegría.
“Con mucho orgullo digo que mi hijo Rafael y yo somos beneficiarios del Programa Aprendiendo a crecer de Cáritas Habana. Rafa tenía 5 años cuando comenzó y ahora tiene 17, por lo que llevamos 12 años en el programa”.
Recordar los comienzos es duro y más cuando el desconocimiento hace que la impotencia gane terreno, pero Gisel no se dio por vencida y se acercó a los voluntarios que con toda dedicación comenzaron a trabajar en el mejoramiento y desarrollo de las habilidades del muchacho.

“En todos los sentidos a él le ha ido muy bien. Uno, como padre, comienza este camino muy desorientado. Si comparamos su diagnóstico de autismo con otros, el de él es muy complejo porque si bien algunos síntomas se muestran como en la teoría, por decirlo de alguna manera, otros son muy diferentes. Y esto es muy complejo para los padres y hasta para los especialistas.
No obstante, la complejidad que representa diagnosticar a un niño con Trastorno del Espectro Autista, los especialistas vienen siendo el mejor apoyo que un padre puede tener, aun cuando atienden a muchos niños y cada uno de ellos es completamente diferente. Por eso siempre digo que lo mejor que nos ha pasado a Rafa y a mí es haber entrado al Programa Aprendiendo a crecer de Cáritas Habana. Los especialistas han sido muy dedicados en esta labor. Yo diría que la principal fortaleza del Programa es la instrucción que brinda, sobre todo a los padres”.
Gisel también reconoce que es muy difícil y duro para estos muchachos involucrarse en la sociedad actual por eso siempre hace énfasis en que “se debería esperar cosas positivas de ellos. Solo basta que se les tenga en cuenta y se les muestre cómo se hace algo y entonces verán que muchos pueden ser realmente de ayuda. Pueden jugar papeles muy importantes.
Cuando se habla de recordar experiencias vividas en estos 12 años, Gisel tiene unas cuantas, aunque confiesa que “donde mejor nos hemos sentido ha sido en las actividades que se realizan en Cáritas o las que ha organizado la institución. ¿Por qué? Porque los muchachos como Rafa suelen causar curiosidad y más en los adolescentes con edades similares. Entonces, en los talleres y reuniones de Cáritas hemos estado entre personas que nos entienden, es decir, donde ninguno mira al otro con rareza. No es necesario andar preocupado por el de al lado que te mira con lástima o como si fueras extraterrestre, sino que ahí, todos comprenden. Yo siempre digo que venir a los talleres es llegar a descansar y socializar, porque en ellos me siento muy tranquila y sin tensión, como en casa.

A Gisel le brillan los ojos cuando se le pide que hable de su Rafa. “Él es un muchacho alegre, le gusta bailar, cantar y salir a pasear. En la casa ayuda muchísimo. Claro, siempre digo que hay comportamientos que uno debe formar. Yo no recuerdo cuándo fue la última vez que hice tareas culinarias como freír o hervir viandas, preparar ensaladas y otras… todo eso lo hace él. En el tiempo de pandemia conseguimos que hiciera otras actividades como asearse solo, por ejemplo. Realmente se vale por sí mismo en muchas actividades y eso es un gran apoyo”.
Al concluir la conversación, Gisel quiere reconocer una vez más cuán importante ha sido pertenecer a la familia de Aprendiendo a crecer y repite feliz que “Cáritas es lo mejor que nos ha pasado”.
Visitas: 8
