La realidad detrás de un concurso
Sheylah Gallardo Milián
Imágenes ganadoras del XI Concurso del Programa de Personas Mayores de Cáritas Matanzas
Matanzas, enero de 2022— Decir que se realizó un Concurso Diocesano parece fácil. Recuerdo los primeros, de referencia teníamos el quehacer de Cáritas Pinar del Río, que enamoraba con los testimonios. Mostrar la riqueza de las manualidades, intercambiar entre servicios, acoger a los más pequeños, crear, concurso de canción, poesías….
En aquel entonces aprendimos de los más jóvenes dentro del equipo diocesano a organizar, clasificar, convocar. Cada año seguimos dándole las gracias a aquellos jóvenes que ya hoy son más entrados en años.

Cada convocatoria supone un reto diferente y los últimos temas fueron escogidos por las propias personas mayores. El tiempo de pandemia, confinamiento, la imposibilidad de espacios de participación presencial, también limitaban la realización de un Concurso.

Gracias a la institución por el Papa Francisco de la Jornada de Abuelos y Mayores llegó la inspiración para la XI edición del Concurso, que contó con ese mismo nombre en aras de fomentar relaciones intergeneracionales y propiciar espacios de disfrute en las familias. La divulgación y cooperación de los responsables de las Cáritas y de los familiares, así como el acceso a las nuevas tecnologías, resultó fundamental y fue así como pudieron participar comunidades de Colón, Cárdenas, El Carmen, La Milagrosa, La Santa Cruz de Sabanillas y San José de Colón, al igual que como miembros del programa Aprendiendo a crecer.
La fotografía fue la protagonista de este certamen; se recibieron en la oficina diocesana 54 para concursar. Las imágenes ganadoras, más que ofrecer una instantánea, mostraron al jurado una visión diferente a la que solicitaba la convocatoria.

Es por eso que los premios llevaron nombres en vez de lugares. El reto de los cuidadores, el acompañar, la alegría y complicidad entre generaciones, el valor de la amistad a través de los años y el simple gesto de mostrar con orgullo la vejez, están plasmadas en 17 obras que se exponen en diferentes comunidades de manera itinerante.
Los ganadores aparecen mencionados en esta imagen final; reciban una vez más las felicitaciones. Pero a través de este escrito, Cáritas Matanzas le da gracias a Dios por los participantes ocultos, los nombres de aquellos silentes que no aparecen en los créditos y que como duendes de ensueño llegaron hasta las casas, a pesar de la pandemia, del aislamiento y del miedo al contagio, para invitar y fotografiar a otros sin acceso a estas oportunidades virtuales.
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