La laborterapia y sus beneficios en las personas mayores
|Por: Yuraisy García Montaner, Formadora del Programa de Personas Mayores

En la actualidad las personas viven más tiempo y realizan actividades nuevas y diferentes hasta bien entrada la adultez, por lo que una vida más larga plantea la siguiente pregunta: ¿qué se puede hacer para envejecer bien? La respuesta suele ser: mantener la salud bien controlada, una nutrición adecuada, actividad física y chequeos regulares. También es importante considerar otras actividades que beneficien la salud de las personas mayores.
La vejez representa una etapa de múltiples cambios, en la cual se pueden mejorar o preservar las capacidades que posee el individuo a través del desarrollo de prácticas destinadas a reforzar su autonomía personal, haciéndolo lo más autosuficiente posible. Es aquí donde pasa a ocupar un lugar destacado la laborterapia, como técnica terapéutica concebida para ayudar a los mayores a mantenerse activos y continuar desempeñando sus roles habituales.
La laborterapia se basa en la creación y realización de labores creativas y manualidades de diversa índole. Su objetivo es reeducar y rehabilitar los aspectos cognitivos, físicos, emocionales y sociales de la persona, aumentando su autoconfianza, autoestima y favoreciendo su reestructuración global. Todos estos aspectos son cruciales para que disponga de autonomía, bienestar y calidad de vida, en la medida de lo posible, al mantener su rol social.
Una intervención de laborterapia centrada en la persona, debe partir del conocimiento de su vida diaria, sus gustos, aficiones y expectativas, porque al fin y al cabo, su objetivo global es el desarrollo personal y emocional de cada individuo, salvaguardando su dignidad y potenciando sus capacidades de autosuficiencia e integración social, mediante su propio desarrollo ocupacional.
Es válido destacar que la laborterapia no es exclusiva del mundo geriátrico, sino aplicable en todos los grupos etarios, especialmente en niños que presentan algún tipo de limitaciones físicas o cognitivas y en adultos con discapacidades sobrevenidas.
Sin embargo, en los últimos años se utiliza este proceder en personas mayores como método preventivo y rehabilitador, sobre todo con las que padecen Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas, causantes de la pérdida de habilidades funcionales y cognitivas.
Los objetivos de éste método terapéutico son alcanzables a través de trabajos manuales mediante la reutilización de materiales reciclados y actividades de la plástica con ingenio y originalidad para la creación de piezas y objetos; también mediante el movimiento corporal sistemático y el ejercicio de distintas actividades cotidianas, pues se trata de conjugar en las personas, labor y creatividad, ejercicio y manualidades, para elevar su nivel de confianza y autonomía.
Afortunadamente, investigaciones realizadas demuestran que las terapias relacionadas con las artes pueden ayudar en algunos casos, tanto como la medicina occidental tradicional.
Las actividades creativas, como pintar o tejer, fomentan un sentido de competencia, propósito y crecimiento. Cuando las creaciones artísticas pueden ser presentadas, mostradas o regaladas, el autor experimenta la sensación de que tiene un propósito firme y placentero en la vida. Asimismo, el arte y las manualidades son formas de actividad física, mental y social que contribuyen al envejecimiento activo. Desde el punto de vista físico, ayudan a prevenir el deterioro cognitivo, una de las principales causas de discapacidad y dependencia en la vejez.
Cada labor debe ser adaptada a las necesidades individuales, de manera que puedan ser desarrolladas con éxito. Estas tareas se realizan de forma individual o en grupos organizados, en éste último caso, la interacción con los demás y el trabajo en equipo es fundamental, pues al trabajar en proyectos con otros, se fomenta la comunicación, el sentido de comunidad, se crean vínculos al compartir experiencias y conocimientos con los compañeros y se fortalecen las relaciones.
Con este tipo de talleres se trabajan habilidades motoras (motricidad fina, fuerza, agarre, movilidad articular de los miembros superiores y la coordinación viso- motora), capacidades cognitivas (atención o concentración) y capacidades sociales y emocionales, pues estas actividades que aparentan ser simples, les refuerzan sus capacidades preservadas, aumentan el bienestar, les generan mucha relajación e inspiración artística y una sensación de logro que ayuda a combatir la depresión y la ansiedad, lo que sin duda alguna lo convierte en un método efectivo para optimizar el proceso de envejecimiento.
Grupos del Programa de Personas Mayores, de Cáritas Cuba, que participan en los talleres diocesanos de laborterapia, manifiestan que es muy bueno todo cuanto hacen en ellos, pues además de ser espacios donde comparten con personas de edades aproximadas e intereses afines, fortalecen sus habilidades, ejercitan la memoria, desarrollan su talento creativo, intercambian saberes, sienten orgullo del resultado de su esfuerzo y desempeño y sobre todo les da un sentido a sus vidas.
En resumen, la laborterapia es una opción valiosa en la vejez al convertirse en una herramienta provechosa para abordar los problemas físicos y psicológicos asociados con esta etapa de la vida, su importancia seguirá creciendo a medida que la población avance en edad y aumente la cultura de trabajar en favor de un envejecimiento sano y activo.
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