Por: Equipo de Comunicación de Cáritas Cuba
Foto: Ramón Espinosa / Associated Press
La Habana, 10 de mayo de 2022— Como todos en el país, Cáritas Cuba ha estado desde el mediodía del pasado viernes 6 de mayo pendiente y sumida en profundo dolor por el siniestro ocurrido en las inmediaciones del Hotel Saratoga, de la Habana Vieja.
Desde el momento en que la noticia estalló en redes sociales, la primera reacción y manera de acompañar a tantas familias dolientes fue nuestra oración, levantada desde cada una de las oficinas diocesanas y en los días siguientes al accidente, en centenares de parroquias de la nación.
En nuestro perfil institucional de Facebook y en el de múltiples instituciones de la iglesia católica se hizo público el pésame a las familias que sufrían pérdidas de seres queridos, mientras en los templos se ofrecieron misas por el descanso de sus almas y se oró incesantemente por el consuelo ante tanto dolor.
En la tarde de ayer, 9 de mayo (pasadas 48 horas del suceso), el equipo de Emergencias y Ayuda Humanitaria de nuestra oficina diocesana en La Habana consideró prudente acudir al lugar donde se había anunciado estaban siendo albergadas las familias que perdieron sus casas, producto de derrumbes totales, al ser colindantes con el hotel Saratoga.
Como en cada ocasión, ante un suceso que genera una emergencia en el país, Cáritas busca primeramente hacer un levantamiento puntual de las necesidades en el terreno, para organizar la ayuda de forma óptima, que responda realmente a las necesidades de los damnificados.
En la instalación de la Villa Panamericana, donde permanecen estas familias, el personal de Cáritas Habana recibió la explicación de que, por cuestiones de índole organizativa, de seguridad y de respeto al momento tan difícil que están viviendo estas personas, no estaba permitido el acceso ni el contacto con ellos; y que todas las donaciones de cualquier cuerpo de la sociedad civil debían dirigirse a un punto de La Habana Vieja pactado por el gobierno municipal.
Igualmente, nuestro equipo recibió la información de que cada núcleo familiar afectado ha recibido por parte de las autoridades un módulo de cocina y otro de alimentación y aseo, para mitigar sus necesidades básicas ante su situación de pérdida; y que constantemente les están llegando las ayudas que se recogen a través de múltiples instituciones o grupos.
La directora de Cáritas Habana, Migdalia Dopico Paz, expresó que “como desde el primer momento, nos mantendremos al tanto, a través de las noticias, de cómo evoluciona la situación de estas familias y esperaremos a que pasen estos primeros días, que suelen ser así, convulsos, para poder acceder a ellos y organizar nuestro acompañamiento y nuestra ayuda. Cáritas Habana ha estado al habla desde el mismo viernes con el cardenal, Monseñor Juan García, buscando las maneras más oportunas y efectivas de apoyar con nuestra cercanía, el abrazo de la fe y los recursos disponibles. No estamos ajenos ni lejanos al sufrimiento de estas familias y esperamos en los días venideros poder conocer la composición de sus núcleos y las necesidades que aún no hayan podido ser cubiertas, para en base a ello, intervenir, actuar”.
A las 6:30 p.m. del día de ayer, 9 de mayo, el Ministerio de Salud Pública de Cuba declaraba en un parte oficial que la explosión generada en el Hotel Saratoga arrojaba ya un saldo de 94 lesionados, de los cuales 18 aún se encuentran hospitalizados, 36 han sido dados de alta médica y 40 fallecieron. Se estima que el número de fallecidos pudiera incrementarse, pues aún no concluyen las labores de rescate en las inmediaciones del hotel, y permanecen personas desaparecidas.
Respecto a los edificios multifamiliares aledaños al hotel, el medio oficial Cubadebate publicó el 7 de mayo que el localizado en Prado #609, de 30 apartamentos, había visto colapsar totalmente 15 de ellos; y que el de Zulueta #512 igualmente había sufrido daños considerables. Otros dos edificios (Prado #617 y Zulueta #508) han sido mencionados como afectados por la explosión, aunque al parecer en menor medida.
Respecto a los moradores de estos inmuebles total o parcialmente destruidos, los medios oficiales han declarado que unas 22 familias (cerca de 70 personas) se encuentran alojadas en el aparta-hotel Las Brisas, del complejo hotelero Villa Panamericana; aunque no son los únicos damnificados por el desastre; otros han encontrado protección con familiares y amigos.
Seguimos en oración en medio de esta tragedia, como abrazo de fe y fortaleza desde Cáritas, y junto al amor y luz de nuestro Padre que escucha el clamor y envía el consuelo de su Espíritu Santo: “El Señor es el amparo, auxilio y nuestra fortaleza en el día malo” Salmo 46:1-3.