Por: Equipo de Comunicación de Cáritas Guantánamo-Baracoa
Imágenes: archivo de Cáritas Cuba
Guantánamo-Baracoa, 20 de marzo de 2022— Después del largo confinamiento, se reencontraron los beneficiarios del grupo Hermanos en la Esperanza, del Programa de Respuesta al VIH-sida de Cáritas, junto a sus familiares y amigos, para proseguir las actividades grupales en busca de su autocuidado y bienestar.
Así lo asegura Mara Amigo Vaca, coordinadora del Programa en la Diócesis de Guantánamo Baracoa, quien afirma la valía de este para el crecimiento espiritual de las personas, la superación de estigmas asociados al VIH-sida y los cuidados frente a ese mal.
“Es una dicha retomar estos encuentros que tanto animan a los beneficiarios. Tenemos la satisfacción de que ninguno de ellos se contagió con la Covid 19, y ello muestra su responsabilidad, conocimientos aprehendidos en el Programa y otros espacios, además del amor por la vida. Gracias a todo eso, asumen un estilo de vida adecuado y reconocen a Cáritas como la institución promotora de esos cambios favorables”.
El equipo de ayuda mutua Hermanos en la Esperanza, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, al igual que los otros dos existentes en iglesias de Jamaica y Baracoa, ofrece herramientas y saberes a quienes viven con VIH-sida y sus seres queridos, para continuar sus vidas con buena salud, optimismo y armonía.
En ese primer encuentro, tras dos años de distanciamiento, dialogaron acerca de la importancia del autocuidado para contrarrestar las vulnerabilidades ante la Covid 19, debido a la fragilidad de su sistema inmunológico.
“El equipo del Programa de VIH, junto a especialistas que invitamos —explica Mara— los prepara en cuanto a la nutrición y a los cuidados en general para mantener la salud física y emocional. Les ofrecemos apoyo psicológico, además de cultivarles el respeto y amor propio para cambiar la percepción de su existencia y percibirla desde la óptica del amor de Dios.”
En este espacio afloraron testimonios de resiliencia de varios integrantes del grupo, quienes superaron sus miedos, teniendo en cuenta las medidas de seguridad, y brindaron apoyo oportuno a otras personas que vivían en situaciones difíciles como consecuencia de la pandemia, porque comprenden que la respuesta no es el abandono o la indiferencia, sino acompañar, socorrer, servir a quienes lo necesitan, especialmente en tiempos adversos.
“A través de sus historias se reflejaron las actitudes admirables que hablan de la bondad del corazón” —asegura la Coordinadora del programa, quien se enorgullece de formar parte de esta experiencia de amor:
“Estos beneficiarios de Cáritas se han aferrado a la vida y aseguran que son sobrevivientes de dos pandemias. Fue un momento muy lindo e íntimo, en el que celebramos la posibilidad de estar juntos de nuevo para emprender proyectos y hacer realidad sueños, con el favor de Dios”.
Las perspectivas del Programa para el 2022, refirió su coordinadora diocesana, apuntan a la conformación de un grupo caminante que recorra las áreas de salud con los beneficiarios de mayor tiempo en el grupo, quienes por sus saberes pueden apoyar a personas como ellos, diagnosticadas recientemente, y a otros que precisen sus mensajes.
“Ellos pueden transmitirles pautas de autocuidado, ayuda y el valor de la responsabilidad para proteger la salud de las parejas”.
También el Programa de Respuesta al VIH-sida propone reanudar la línea de trabajo con los adolescentes y jóvenes en los grupos de la iglesia, en cuanto a la prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana, una idea que motivó a muchos del grupo:
“Eso constituye para nosotros una gran bendición por lo que representa el virus para la salud de quienes lo portan. Ahora tenemos beneficiarios del Programa dispuestos a colaborar con nosotros en esta línea y necesitamos más animadores de nuestras iglesias, comprometidos a continuar este noble quehacer”.
Trabajar por el bienestar de los demás siempre reconforta y así lo siente el equipo del Programa de Respuesta al VIH-sida en la Diócesis Guantánamo-Baracoa y su coordinadora, quien asegura que esta labor les ofrece mucho más de lo que son capaces de dar y los alienta a mantenerse unidos como una gran familia.