Texto y Fotos: Equipo de Comunicación de Cáritas Guantánamo
Conquistar la salud del cuerpo, junto a una mente dinámica y creativa, es el incentivo del club de adultos mayores que integra el gimnasio de la tercera edad “Sagrado Corazón” de la parroquia Santa Catalina de Ricci, en la Diócesis de Guantánamo- Baracoa.
Hace dos décadas iniciaron el entrenamiento físico bajo un lema que anuncia y despide las rutinas matutinas de tres días a la semana: “Con el ejercicio diario nos mantendremos, con salud y alegría, con Jesús cada día”.
Harold Alberto Sánchez, profesor de cultura física, es el guía de este grupo que bendice la práctica de ejercicios cual fórmula de bienestar y calidad de vida.
“Trabajo en este gimnasio hace 14 años. Ellos tienen varias patologías y discapacidades físicas, motoras y visuales, pero satisface apreciar cuánto mejoran con ejercicios que hacen que su cuerpo no se deteriore —dice—; les ayudo a crear capacidades como la resistencia y la flexibilidad”.
La experiencia de estos adultos mayores, pionera en el país hace veinte años, se compartió en el Congreso Nacional de la Tercera Edad, realizado en 2007, en el que se expusieron temas acerca de la utilidad del gimnasio, explica Miriam, responsable y fundadora de esta iniciativa en la diócesis.
“El profesor Harold y yo preparamos la ponencia e intercambiamos los beneficios de este espacio para sus más de sesenta beneficiarios. Comentamos también las actividades colaterales que hacemos por el día del adulto mayor, la participación en maratones como la carrera Terry Fox, las visitas a hermanos enfermos, los talleres sobre temas psicológicos o las fiestas para despedir un año”, añade. Mejores extensiones de brazos, movimientos de piernas y dinamismo en las acciones cotidianas, son el resultado visible de quienes asisten con frecuencia al gimnasio de la tercera edad, ubicado en el patio del Curato de la ciudad de Guantánamo.
Así lo confirman beneficiarios fundadores como Pedro Abijana Damien, con discapacidad visual: “Los ejercicios me dan la energía que uno debe mantener a cualquier edad.”
Por su parte, Eloyna Caraballo Iglesias, dice que se siente estimulada porque se combinan entrenamiento con ejercicios para favorecer a la memoria, además de las relaciones sociales que logra allí.
Una de las más comprometidas con la actividad deportiva es Ana Julia Caballero, quien afirma jocosa: “Viejo que se queda en la casa, no mejora. Yo padezco de artrosis, dolores en las piernas y otros malestares, pero eso no me limita porque si me encierro en la casa no me ayudo... Me echo alcohol, mentol, tomo pastillas y salgo a la calle. Por las mañanas hago ejercicios, en las tardes vuelvo y participo en el Taller de artesanía y también ayudo en las clases a personas de las serranías que quieren aprender de este arte. Hay una frase que dice que quien para de ejercitarse envejece más rápido”.
Y tiene razón esta señora que supera los setenta años. Disímiles estudios en todo el mundo confirman los beneficios de la práctica de ejercicios en la vejez y refieren entre ellos la sensación de bienestar, la reducción del estrés, una mejor salud física e imagen corporal, así como la mayor socialización, el retraso del envejecimiento cerebral y la capacidad de afrontar la vida con más optimismo.
Tales evidencias llevan a estos guantanameros a evitar el sedentarismo desde el gimnasio “Sagrado Corazón”, donde se alienta la mente, el cuerpo y el espíritu.