Texto y Foto: Melissa Cordero Novo
Cienfuegos- Amelia es una mujer lindísima. Si ella misma no me hubiera dicho “puedes publicar donde quieras que tengo 68 años”, ni lo hubiera imaginado.
Es elegante. Le gusta hablar despacio. Pero donde Amelia lleva muchísima más luz es dentro. Eso se puede notar aunque no la conozcas demasiado bien. Y esa misma estela de luminosidad es, quizá, el más provechoso legado que deja al Programa de Personas Mayores (PPM) de Cáritas Cienfuegos. “Voy saliendo ya de la coordinación —me dice, respira— porque tengo problemas de salud que me limitan e impiden hacer todo lo que quisiera, y yo soy muy apasionada y digo que cuando uno está tiene que cumplir al máximo”.
Amelia Torres Valdaliso había comenzado como coordinadora de PPM en 2013 luego de jubilarse de Educación, “soy profesora, estuve veinte años en educación general y luego pasé a la Universidad donde tuve la difícil y gran experiencia de ser asesora de tres rectores. Pero yo doy gracias a Dios, constantemente, por lo dichosa que me hizo conocer a mi nueva familia en Cáritas.
“Lo he disfrutado muchísimo. Y no me estoy apartando totalmente, desde el principio animo al grupo de PPM en la Catedral, y eso no dejaré de hacerlo; dejar de servir solo el día que cierre mis ojos. Entonces me llegó el otro gran regalo que fue Anabel, una joven de un corazón maravilloso, a quien tuve la alegría de preparar para que se quedara en la coordinación y que ama a mis viejitos tanto como yo”, me dice Amelia. Minutos más tarde, cuando representantes de todas las comunidades donde funciona el programa y el equipo de Cáritas —reunidos en el Santuario de San José, en Paraíso, para la evaluación anual del PPM—le hicieron una pequeña despedida, ya no hubo más espacio para contener los lagrimales.
Otro momento similar fue el agasajo a Marta Muñiz Martorell, quien como le dijera el Padre Vega, es de esas cristianas donde vive Jesús. Marta animó durante muchos años el taller de Aprendiendo a Crecer en la Catedral de Cienfuegos. Amó a los niños incondicionalmente. Los ayudó. Les enseñó que podían valerse por sí mismos. Junto a ellos rompió barreras, tabúes. Les proporcionó felicidad en cada uno de los momentos que compartió con ellos. Y esa misma intensidad, como proceso natural, sucedía en la misma medida de su envejecimiento. Martica no quería terminar y aunque no lo hace espiritualmente, su salud y su familia le han pedido calma. El equipo de Cáritas también le dio las gracias.
RETROSPECTIVA
El Programa de Personas Mayores comenzó, en la Diócesis de Cienfuegos, durante la década del 90 con énfasis en lo asistencial. A partir del año 2000 se acentuaron las actividades promocionales de las personas mayores. A partir del 2013, y de manera paulatina, se incrementó el número de comunidades con presencia del programa; en la actualidad ascienden a 36, la mayoría de los beneficiarios son mujeres de más de 65 años y un 30 por ciento lo constituyen ancianos que viven solos.
Durante el primer momento de la Evaluación anual, Amelia Torres compartió también con el público sobre el desarrollo de los ejes de trabajo en este 2017: formación/capacitación, acciones con personas mayores (servicios, participación en actividades promocionales, actividades productivas), acompañamiento a los grupos de trabajo y publicaciones. Se compartieron, además, fotografías de cada uno de los momentos anteriores.
Para finalizar, se organizaron grupos de trabajo en equipo encargados de la evaluación. En grandes pancartas dejaron plasmadas sus insatisfacciones, los logros y las sugerencias para una mejor y más eficiente labor en el 2018.
Con la alegría de terminar otro año en plena capacidad, los adultos mayores de Cáritas Cienfuegos compartieron también la alegría de festejar su entrega, su voluntariedad, la satisfacción de los beneficiarios y el arribo de la Navidad.