Texto y fotos: Melisa Cordero Novo
“Porque al llevar ayuda a los hermanos, no solamente les llevamos lo que les haga falta sino que también los movemos a dar muchas gracias a Dios”. (II Corintios 9, 6-5)
Una realidad en Cuba hoy —además de que se pronostica que para el 2030 se convierta en el segundo país con más adultos mayores de América Latina, donde 1 de cada 4 cubanos será un anciano— es la ausencia de una preparación plena para enfrentar el envejecimiento poblacional.
La mayoría de las personas que cuidan a otras de la tercera edad, son también mayores de 65 años. El fenómeno, complejo en su misma esencia, debe ser de cardinal atención por todos los grupos etarios y por todos los programas socio-económicos en el país; pero se requieren acciones específicas, preparaciones específicas que, de manera global, no están siendo todo lo efectiva que debieran.
El Programa de Personas Mayores (PPM) de Cáritas Cienfuegos es una especie de oasis que mediante la palabra de Dios no se detiene en la labor formativa, en el voluntariado y el acompañamiento para que un mayor número de personas de la tercera edad sean capaces de vivir una vejez satisfactoria. En el Santuario San José, en Paraíso, se reunieron representantes de las 36 comunidades donde está presente el PPM para asistir al primer Taller diocesano de formación a voluntarios.
Como ya es costumbre, el momento de espiritualidad fue desarrollado por Marylore Reyes Garriga, coordinadora de Formación General, quien desde la Sagrada Escritura siempre logra un diálogo ameno, cargado de reflexiones, acordes con el tema; en este caso: el cuidado integral de las personas mayores. Mediante recursos audiovisuales y la oración del voluntario de Cáritas, el auditorio agradeció a Dios por la oportunidad de formar parte del programa y por tener la posibilidad de contribuir a la difícil tarea de cuidar a un anciano.
El momento central del taller recayó en el Doctor en Ciencias Médicas y especialista en II Grado en Medicina Interna y Geriatría, Ángel J. Romero Cabrera, quien ofreció una conferencia y presentó el manual titulado “Temas de autocuidado para el adulto mayor”. El material fue elaborado desde el servicio de geriatría del Hospital Universitario “Dr Gustavo Aldereguía Lima” y en coautoría con el diácono y Dr. C Alfredo A. Espinosa Roca.
Dicho documento resulta de gran utilidad: orienta a las personas mayores para que sean capaces de velar y cuidar de su salud, evitando situaciones de discapacidad. Consta de varios acápites entre los que se encuentran: “¿Cómo y por qué envejecemos?”, “El ejercicio en la tercera edad” y “Estilo de vida saludable”.
El Dr. C Ángel J. Romero insistió en que el auditorio entendiera la vejez como un logro y no como una pérdida, además, enfatizó en la importancia de velar la salud desde la infancia y en incentivar a las nuevas generaciones para el cuidado a los ancianos. “Existe un gran terreno por explotar en el autocuidado de las personas mayores; pues sucede que la mayoría no tienen información al respecto —salvo algunos spots televisivos—, no tienen acceso a internet, y los avatares de la vida les impiden buscar el conocimiento que necesitan”, agregó.
Hacia el final de su presentación, dialogó con el voluntariado, respondió interrogantes y ofreció consejos útiles para los cuidadores de ancianos y para un mejor manejo del estrés; “debemos cuidar el cuerpo, pero también el alma, y eso es lo que ustedes hacen acá”, concluyó Romero Cabrera.
Luego se desarrolló el tema: “El voluntariado en el Programa de Personas Mayores”, a cargo de Marylore Reyes y seguidamente se reconoció a los voluntarios con más de diez años en el PPM, a quienes hizo entrega del reconocimiento Mons. Juan Francisco Vega Rodríguez, Párroco del Santuario.
Entender la vejez en su más completa acepción es un reto en Cuba. A muchos preocupa no solo el envejecimiento —que es un proceso natural— sino la baja natalidad y los altos índices de emigración en las etapas juveniles que provocarán, cada vez más, que los ancianos sean cuidados por ancianos. El PPM de Cáritas Cienfuegos continúa su labor indetenible para lograr que ese futuro sea placentero y satisfactorio.