Texto y fotos: Roberto Alfonso Lara
Cienfuegos, 31 de marzo de 2021— Las tres décadas que Cáritas Cuba festeja en 2021 pudieran resumirse en la persistencia de la fe. Sin ese espíritu movilizador hubiera sido casi imposible abrir caminos en aquellos primeros años, a inicios de los ‘90, signados por una crisis socioeconómica de raíces profundas. Tampoco se habría llegado a todas las diócesis del país y desde Cienfuegos, particularmente, tendríamos poco que apuntar.
Pero de estos 30 años, más de 25 cuentan también para la historia de la institución en la región centro sur de la Isla, gracias a hombres y mujeres traídos de la mano de Dios.
Marta Alonso Marcos confiensa que es parte de su vida. “En 1996 —dijo— nació mi hija más pequeña con Síndrome de Down (SD) y, junto a mi familia, comencé a involucrarme en Cáritas Cienfuegos”. Lo hizo, entonces, en rol de beneficiaria, hasta que en 2006 asumió el servicio de coordinación del Programa de SD, hoy Aprendiendo a crecer y orientado a la atención de personas con discapacidades física e intelectual.
“Fue una experiencia nueva, agregó. Conocí a muchos con situaciones similares a la mía y traté de adentrarme en sus historias de vida, de apoyarlos. Organizamos actividades, excursiones; visitamos diferentes lugares de nuestra Diócesis; son nombres y recuerdos que guardo en el corazón”.
Durante su última década en Cáritas Cienfuegos, Marta dirigió el trabajo editorial de la revista Renacer, de este programa, lo cual supuso un enorme reto para ella. “Soy contadora, por lo que mi profesión nada tiene que ver con la literatura ni el periodismo; no obstante, resultó una oportunidad valiosa. Me permitió llevar mensajes de aliento, conocer disímiles realidades y hacer algo por los demás.
“Aprendí —subrayó— a ser mejor cristiana, a entender el servicio al otro como un componente esencial de la vida del cristiano, a ver en nosotros el reflejo del amor de Dios y de esa dignidad humana con la cual fuimos creados”.
Vivencias muy cercanas narra, desde el municipio de Palmira, Calixto José Luzarraga Tejada, quien allá, en el asentamiento rural de Elpidio Gómez, ha dedicado más de 20 años a ayudar a las personas de la tercera edad. “Ha sido fundamental en mi desarrollo dentro de esta comunidad religiosa. Estoy vinculado a Cáritas casi desde el principio, cuando comenzamos a socorrer a los más necesitados, no solo desde el punto de vista material, sino espiritual.
“Aquí —añadió— formamos grupos de canto, baile; realizamos tablas gimnásticas, y todo eso a partir del Programa de Personas Mayores (PPM). Además, participamos en muchos encuentros de la Diócesis de Cienfuegos, y estas dos décadas las he consagrado a atender a los ancianos, enfermos, y a los vulnerables”.
Otro tanto relata José Antonio Pino Varens (conocido por Pino), actual director de Renacer, al repensar cuánto ha llovido al paso del tiempo. “Cuando llevas alrededor de 23 años en este tipo de servicio, percibes un nivel de satisfacción muy grande. Nos complementa la vida en distintos sentidos, conoces a gente que aporta y uno se convence de la importancia de la labor de Cáritas, al punto que a veces se nos hace difícil desprendernos de las responsabilidades que entraña.
“Por eso, caridad para mí, formado en la Iglesia, es todo lo que brota de la fe, dijo. No solamente lo que hagamos de manera asistencial o lo que brindemos a una comunidad y a la propia institución a la cual servimos”.
Pino, Calixto y Marta devienen practicantes de este axioma. Han vivido para el prójimo y en sus testimonios, como en el de muchos otros, late la memoria de Cienfuegos en el cosmos de Cáritas Cuba.